enero-junio 2023
Vol. 18, No. 1, 14-22
https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.01
http://alteridad.ups.edu.ec
p-ISSN:1390-325X / e-ISSN: 1390-8642
Forma sugerida de citar: Tejada-Garitano, E., Arce-Alonso, A., Bilbao-Quintana, N. y López de la Serna, A.
(2023). Internet, smartphone y redes sociales: entre el uso y abuso, previo a la adicción. Alteridad, 18(1), 14-22.
https://doi.org/10.17163/alt.v18n1.2023.01
Internet, smartphone y redes sociales: entre el uso y
abuso, previo a la adicción
Internet, smartphone & social networks: between use and
abuse, before addiction
Dr. Eneko Tejada-Garitano es profesor agregado de la Universidad del País Vasco (España) (eneko.tejada@ehu.eus)
(https://orcid.org/0000-0002-6013-222X)
Ander Arce-Alonso es doctorando en la Universidad del País Vasco (España) (arce.ander3@gmail.com)
(https://orcid.org/0000-0002-2172-6025)
Dra. Naiara Bilbao-Quintana es profesora adjunta de la Universidad del País Vasco (España) (naiara.bilbao@ehu.eus)
(https://orcid.org/0000-0001-9876-4874)
Dra. Arantzazu López de la Serna es profesora adjunta de la Universidad del País Vasco (España) (arantzazu.lopez@ehu.eus)
(https://orcid.org/0000-0002-9297-8641)
Recibido: 2022-12-14 / Revisado: 2022-12-20 / Aceptado: 2022-12-22 / Publicado: 2023-01-01
Resumen
El uso intensivo de la tecnología digital para ver
videos en internet, comunicarse a través del smartphone
e interactuar en las redes sociales produce satisfacción y
contribuye al desarrollo psicosocial de las personas más
jóvenes, de ahí su éxito. Sin embargo, cuando se inician a
una edad demasiado temprana, pueden acabar abusan-
do de ellas y finalmente caer en la adicción. Por ello, para
que los escolares no tengan problemas en el futuro este
estudio tiene por objetivo conocer si se está produ-
ciendo algún tipo de abuso tecnológico para identificar
e intervenir en los sujetos que lo están desarrollando.
La muestra de esta investigación la componen 197
estudiantes entre 11 y 12 años de sexto de Educación
Primaria, quienes respondieron un cuestionario validado
(Ministerio de Interior, 2014) que analiza los hábitos
de uso tecnológico de los jóvenes. El instrumento se
organiza en preguntas de opción múltiple que ofrece
información sobre cuestiones como frecuencia de uso,
lugar de uso, internet, redes sociales, etc. Los resultados
evidencian que la mayoría de estudiantes que participa-
ron en el estudio utiliza la tecnología digital de forma
razonable. Sin embargo, uno de cada diez estudiantes
hace uso abusivo de la misma. Por ello, se sugiere que se
intervenga educativamente para que este alumnado no
caiga en la dependencia y adicción, dado las potenciales
influencias negativas en la vida personal y académica que
estos hábitos tendrían.
Descriptores: Abuso, adicción, jóvenes,
smartphone, internet, redes sociales.
Abstract
The intensive use of digital technology for
watching videos on the Internet, communicating trough
Smartphones and interacting on Social Networks brings
satisfaction and contributes to the psycho-social devel-
opment of young people, which is why they are so
successful. However, when they start at too early an
age, the abuse and future addiction might be a risk.
Therefore, to prevent schoolchildren’ problems in the
future, the present study has the objective of finding out
whether any type of technological abuse is occurring
in order to identify and intervene in the subjects who
are developing it. The sample of the present research is
made up of 197 students between 11 and 12 years of
age, all of them in the sixth year of Primary Education,
who answered a validated questionnaire (Ministerio
de Interior, 2014) that analyses the technological use
habits of young people. The instrument is organized into
multiple-choice questions that provide information on
issues such as frequency of use, place of use, internet,
social networks, etc. The results obtained show that
most of the students who participated in the study use
digital technology in a reasonable way. However, one
in ten students misuse it. Therefore, it is suggested that
educational intervention is needed to prevent these stu-
dents from falling into dependence and addiction, given
the potential negative influences on their personal and
academic lives that these habits could have.
Keywords: Abuse, addiction, teenagers, smart-
phone, internet, social networks.
Internet, smartphone y redes sociales: entre el uso y abuso, previo a la adicción
Alteridad, 18(1), 14-22 15
1. Introducción
En la actualidad las personas viven inmersas en
una modernidad líquida que se caracteriza por
la vertiginosa rapidez de cambios que debilitan
las estructuras económicas, políticas, institucio-
nales y finalmente los vínculos humanos y sus
relaciones (Bauman, 2000). La tecnología se ha
incorporado a los procesos de comunicación de
forma intensiva y ha generado una nueva dimen-
sión digital que influye en la realidad tradicional
(Nitsevich, 2018), concretamente, en los usos y
hábitos sociales (Besolí et al., 2018; Martínez-
Rodrigo et al., 2019).
El smartphone se ha convertido en un
dispositivo de comunicación muy extendido en
la sociedad, especialmente entre los más jóvenes.
Esto se debe en parte a que ha evolucionado
mucho en los últimos años, ofreciendo cada vez
más. Además, su accesibilidad y facilidad de uso
lo han convertido en un instrumento muy valioso
para mantenerse conectado y comunicarse con
otras personas en cualquier momento y lugar
(Altuzarra Artola, 2018). Su uso está muy gene-
ralizado, hasta el punto que tres cuartas partes de
estudiantes entre once y doce años tiene uno en
propiedad (Garmendia et al., 2019; AIMC, 2018).
En España, aunque hay personas que
viven en áreas rurales o zonas remotas donde la
conectividad puede ser más limitada, el acceso a
internet es generalmente bueno y la mayoría de
la juventud tiene internet en su hogar (González
Fernández et al., 2020).
Las redes sociales, por su parte, tienen
un gran impacto en la sociedad y especialmente
entre los jóvenes ya que les permite compar-
tir contenido, conectarse con sus amistades y
familiares y participar en comunidades en línea.
Además, también ofrecen una amplia gama de
opciones de entretenimiento, como juegos y
música, por lo que tienen un gran impacto entre
la juventud (Moreno Freites y Ziritt Trejo, 2019).
Los datos obtenidos en diferentes estudios
(López-de-Ayala et al., 2020; ONTSI, 2019) per-
miten señalar que los jóvenes comienzan a usar
un smartphone de forma autónoma siguiendo
un patrón simple. Concretamente, se observa que
los chicos preadolescentes se inclinan al principio
por utilizar el móvil para jugar a videojuegos y
observar cómo se desempeñan los gamers en
Twitch, una red social vertical que aglutina a las
personas que se interesan por esta temática. Por
otra parte, se aprecia que las chicas tienden a
incorporarse directamente a las redes sociales de
carácter horizontal o genéricas, en las que ape-
nas interactúan o comparten imágenes o vídeos
y se dedican a observar lo que ocurre a través
del móvil (Garmendia-Larragaña et al., 2016;
González García y Martínez Heredia, 2018).
Una vez que finalizan esta fase de experi-
mentación inicial del uso del dispositivo móvil de
forma libre o independiente, en el que han incor-
porado y encajado el smartphone a su desempeño
cotidiano, tanto los chicos como las chicas se unen
de forma generalizada a las social networks de
referencia y que más éxito tienen en ese momen-
to. De esta forma, se inician en el uso intensivo
de YouTube, WhatsApp, Facebook, Instagram,
TikTok y Snapchat (Rivero, 2019; Spain IAB,
2019), sin que previamente alguien les haya ense-
ñado o siquiera mostrado cómo interactuar de
forma correcta y segura en las redes sociales
(Tejada et al., 2019). Y es que, aunque los jóvenes
utilicen smartphones para acceder a estos ecosis-
temas digitales, per se no tienen la competencia
digital suficiente para desempeñare correctamen-
te (Fernández-Montalvo et al., 2015).
Muchas familias introducen a sus hijos e
hijas en la utilización autónoma del smartphone
a edades muy tempranas, antes de los catorce
o quince años, debido a que no reflexionan
sobre cuál es la edad más adecuada hacerlo
(Zubizarreta et al., 2018) y por la inercia social
en la que se ven envueltas junto a otros padres y
madres. Como consecuencia de ello, los niños y
niñas se incorporan a través del móvil a las redes
sociales, también, antes de lo que deberían. Y es
que a pesar de que la mayoría estima que para
acceder hay que tener por lo menos trece años o
más, los niños y niñas evitan relativamente fácil
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© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
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esta barrera alterando la fecha de nacimiento en
el registro de entrada, cuestión que en ocasiones
realizan con la ayuda algún adulto (Del Prete y
Redon Pantoja, 2020).
Las redes sociales se han convertido en un
recurso fundamental para las personas jóvenes
que las utilizan como un recurso o instrumento
de socialización (Cantor-Silva et al., 2018). Se
trata de un catalizador de inclusión o exclusión
que para algunos autores (Bonilla del Río y
Sánchez Calero, 2022) ha contribuido a que las
relaciones interpersonales de los más jóvenes
se transformen en un hecho todavía más com-
plejo y en ocasiones problemático. No en vano,
las conductas de acoso, ahora, también pueden
desarrollarse digitalmente.
Otro de los problemas que ha generado
a los y las jóvenes la pronta incorporación del
smartphone es la dependencia al propio dispo-
sitivo y a las acciones que se realizan a través del
mismo. El hecho de que los jóvenes se encuen-
tren en un periodo crítico de su desarrollo psi-
cológico y social (Ortega et al., 2012) dificulta
que puedan medir y valorar el uso excesivo e
intensivo que hacen de las redes sociales y de la
tecnología digital en general (Gordo et al., 2018)
Los y las jóvenes responden de forma posi-
tiva a las dinámicas de interacción que les pro-
ponen las redes sociales y publican y comparten
información que pertenece a su ámbito personal
y privado de forma continua. Y lo hacen, funda-
mentalmente, porque de esta forma definen sus
características personales a través de la aceptación
de los demás (Pérez et al., 2009). Concretamente,
incorporan nueva información con mucha fre-
cuencia, principalmente imágenes y vídeos, con
objeto de que otras personas las vean y valoren.
Muchos jóvenes tienen la necesidad de
conectarse constantemente a las redes sociales
para publicar y observar las respuestas que gene-
ran sus publicaciones, ya que a través de estas
acciones liberan dopamina en el cerebro que
les provoca placer (Martín Critikián y Medina
Núñez, 2021). De esta forma, como cada inte-
racción genera un estímulo bajo, las personas
interactúan de forma recurrente para obtener
un conjunto de micro-incentivos de satisfacción,
pasando así del uso al abuso de las redes sociales,
lo que puede derivar en un desencadenamiento de
problemas de carácter bio-psicológicos, sociales y
familiares cuando las redes se convierten en adic-
tivas (Silva-Ortega y Zambrano-Villalba, 2018).
Las personas que abusan del uso de las
redes sociales e internet se caracterizan por ser
sujetos que pueden tener tanto un alto grado de
sentimiento de soledad y aburrimiento (Zhou y
Leung, 2012), como de extraversión y baja res-
ponsabilidad y porque les permite interactuar
manteniéndose en el anonimato a través de una
identidad ficticia (Wilson et al., 2010)
El uso desmedido del smartphone, inter-
net y las redes sociales representa el paso previo a
la dependencia que eventualmente puede derivar
en una adicción no química, también conocida
como adicción comportamental o sin sustancias,
que hace referencia a un conjunto de trastornos
mentales en los que una persona tiene una nece-
sidad compulsiva de realizar ciertas activida-
des, como jugar a videojuegos, ver pornografía,
apostar, comprar compulsivamente, entre otras.
Estas adicciones pueden ser tan fuertes como las
adicciones químicas, como el alcoholismo o la
drogadicción, y pueden tener un impacto negati-
vo en la vida de una persona, afectando su salud
mental y física, su relación con los demás y su
desempeño laboral y académico (Becoña, 2018).
En las personas jóvenes se relaciona más con la
ruptura respecto a algunos hábitos que desarro-
llan en su vida cotidiana (Del Castillo, 2013).
Asimismo, la filosofía de la cultura con-
temporánea consumista puede contribuir a la
aparición de adicciones no químicas, al enfatizar
en la importancia del consumo excesivo y la bús-
queda de la satisfacción inmediata sin importar
las consecuencias. Esta cultura puede llevar a las
personas a buscar constantemente nuevas expe-
riencias y estimulación, lo que puede desencade-
nar una necesidad compulsiva de realizar ciertas
actividades (Pérez del Río y Martín, 2007).
Para valorar en qué medida los jóvenes
abusan de la tecnología digital, no existen ins-
Internet, smartphone y redes sociales: entre el uso y abuso, previo a la adicción
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trumentos al uso, ni medidas o estándares que
permitan estimar la situación de riesgo en la que
se puede encontrar un estudiante. Sin embargo,
sí que se puede medir la frecuencia y el tipo de
interacciones que desarrollan los jóvenes en las
redes sociales y contrastarlas con el conjunto de
respuestas o acciones que llevan a cabo las perso-
nas de su misma edad y los adultos, no debiendo
superar a los dos en ninguno caso.
1.1 Objetivos
La investigación llevada a cabo recoge la preocu-
pación que expresan algunos trabajos llevados a
cabo sobre el comportamiento adictivo en rela-
ción con el uso de medios virtuales y las redes
sociales (Basteiro et al., 2013; Escurra y Salas,
2014; Peris et al., 2018) y se relaciona con tra-
bajos que abordan el uso de la tecnología digital
(Keller et al., 2020; Marín-Suelves et al., 2022).
De esta forma, el principal objetivo que
persigue esta investigación es conocer el uso que
el alumnado de sexto de Educación Primaria
hace del smartphone, internet y redes sociales
y valorar en qué medida están abusando de los
mismos. Para ello, pretende responder a las
siguientes preguntas de investigación:
¿Para qué utiliza internet el alumnado?
¿A qué edad adquirieron los y las estudian-
tes el smartphone?
¿Utilizan las redes sociales de forma segu-
ra?
2. Metodología de investigación
2.1 Muestra
Dadas las limitaciones para desarrollar la investi-
gación por la temática, se llevó a cabo un mues-
treo no probabilístico y la selección de los centros
educativos que participaron en el estudio se hizo
a conveniencia. De esta forma, en el desarrollo de
la misma participaron cuatro centros y la mues-
tra del alumnado participante en este estudio la
conforman 197 estudiantes que han participado
de forma voluntaria en el estudio. El 51 % de este
alumnado son hombres (N=101) y el 49 % res-
tante mujeres (N=96). El estudiando que ha par-
ticipado en el estudio fue de sexto de educación
Primaria y tenía una edad de 11 a 12 años.
2.2 Instrumento de investigación
La herramienta utilizada para llevar a cabo esta
investigación ha sido el cuestionario “Encuesta
sobre hábitos de uso y seguridad de internet de
menores y jóvenes en España, diseñado por el
Ministerio del Interior (2014). Este instrumento
de preguntas de opción múltiple, permite cono-
cer la frecuencia de uso, lugar de uso, internet
y redes sociales, etc. El análisis de fiabilidad
confirma una consistencia interna aceptable del
cuestionario al obtener un valor de 0,78 en el
coeficiente alfa de Cronbach.
2.3 Procedimiento
Antes de iniciar la investigación, se explicó el
propósito del trabajo a la dirección de cada ins-
titución educativa y se obtuvo la aprobación y
consentimiento informado de los familiares y
tutores de los y las estudiantes. Finalmente, se les
dijo que completar la encuesta era completamen-
te voluntario. Así que participaron en el estudio,
contestaron las preguntas electrónicamente y
dispusieron de veinticinco minutos.
2.4 Diseño de la investigación
El trabajo realizado es de carácter cuantitativo y
exploratorio, por lo que se efectuó un análisis y
estudio de frecuencia de las respuestas a los ítems
de opción múltiple de la encuesta, para calcular
el porcentaje que representan.
3. Resultados
Los datos obtenidos ponen de manifiesto que
solo un 10,8 % de estudiantes señaló que se
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© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
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conecta pocas ocasiones a internet, la cuarta
parte del alumnado (15,3 %) una o dos veces a
la semana, el 31,8 % casi a diario y finalmente
el 40,1 % a diario. En el último sentido, tanto las
chicas (42,9 %) como los chicos (37,5 %) acceden
a la red en la misma proporción.
Respecto a la frecuencia de horas que
invierte el alumnado en internet, el 71,8 % decla-
ró que se conecta una hora o menos al día, el
11,5 % reconoció que a diario dos y tres horas y
el 1,3 % afirmó que no se conecta diariamente.
Asimismo, un 15,9 % afirmó desconocer el tiem-
po que dedica a internet.
El estudio realizado también evidencia
que el alumnado percibió que utilizan internet
fundamentalmente para ver vídeos (87,3 %), rea-
lizar trabajos académicos (80,9 %), comunicarse
(61 %) y jugar a videojuegos (42 %). También se
acreditó que las chicas (85,7 %) utilizan en torno
a un 10 % más que los chicos (76,25 %) la red con
el objeto de realizar tareas académicas.
En cuanto a los recursos para acceder a
internet, el alumnado señaló que el dispositivo
que más utiliza es el smartphone que tiene en
propiedad (42,7 %), seguido del ordenador (34,8
%) y la Tablet (23,6 %). El estudio destaca que el
recurso que menos utilizan para esta cuestión es
el teléfono móvil de sus padres y madres (1,3 %).
Asimismo, en torno al periodo de adqui-
sición del móvil, se observa que la mayoría de
las chicas que ha participado en el estudio (80,07
%) recibió el smartphone en su cumpleaños y en
cambio los chicos en verano (61,15 %) duplica
al de chicas (30,65 %). El 60,7 % de las chicas y
el 36,2 % de los chicos valoraron que utiliza el
móvil para comunicarse con sus amistades. En
cuanto al uso de los móviles, un 63,6 % de las
chicas y un 24,8 % de los chicos manifestaron
que tienen opciones de utilizar datos para usar el
móvil, es decir, más del doble.
El alumnado también manifestó que para
comunicarse con sus amistades se inclinan fun-
damentalmente por la mensajería instantánea
(61,4 %), siendo las chicas (57,15 %), frente
a los chicos (40 %) las que más la utilizan.
Asimismo, las chicas (16,9 %) también prefieren
más que los chicos (2,5 %) el email como medio
de comunicación para relacionarse con sus
compañeros y compañeras. Sin embargo, entre
los y las estudiantes que se comunican a través
de los recursos que poseen las redes sociales,
como los chats, el 13,4 % representa a los chicos
y el 7,6 % chicas. Con los videojuegos online
también ocurre lo mismo ya que todos los que
señalaron que se comunican en este entorno
fueron chicos (5,7 %).
El alumnado encuestado también mani-
festó que YouTube (68,8 %) y WhatsApp (61,1
%) son las redes sociales que más utilizan y en
menor medida Instagram (36,6 %) y TikTok
(28 %), por destacar algunas de las más impor-
tantes. Por contra, las redes que menos utilizan
son Twitter (8,3 %) y Facebook (4,5 %). Desde
la perspectiva del sexo, las chicas (71,4 %) y los
chicos (66,25 %) utilizan YouTube en la misma
medida y, en cambio, las chicas (71,4 %) utilizan
20,15 % más que los chicos (51,25 %) WhatsApp
y TikTok, 44,15 % y 31,65 %, respectivamente.
Respecto a la configuración o diseño que
realizan los estudiantes en sus redes sociales el
62,5 % afirmó que no tiene ningún perfil. Entre
el alumnado que sí tiene uno, el 33,1 % confirmó
que muestra una foto propia en su perfil, el 14,6
% su nombre y apellidos, el 5,1 % el lugar donde
se desempeña académicamente, el 4,5 % su edad
real y el 8,9 % una falsa. También se observa que
apenas el 1,9 % incluye su número de teléfono y
el 0,6 % la dirección del domicilio. Finalmente,
se observó que el 11,15 % reconoce que usa datos
falsos en su perfil social.
Por otra parte, la mayoría del alumnado
(79,6 %) reconoce que no se ha puesto en contacto
a través de una red social con personas desco-
nocidas y, sin embargo, el 10,8 % de estudiantes
declara haberlo hecho. El 85,7 % de las respuestas
corresponden a las chicas y el 73,75 % a los chicos.
El 8,9 % del alumnado señaló que en el
último año ha incorporado a sus contactos a
personas que no conocía y el 5,1 % ha buscado
nuevos amigos en internet. Asimismo, el 3,8 %
reconoció haber intentado ser una persona que
realmente no es.
Internet, smartphone y redes sociales: entre el uso y abuso, previo a la adicción
Alteridad, 18(1), 14-22 19
Tabla 1
Información de los perles en las redes sociales (frecuencias)
Ítem Chicos Chicas
Me identifico en mi perfil por medio de una foto personal real 33,75 % 32,5 %
Me identifico en mi perfil por medio de una foto que no permite identificarme 22,5 % 33,75 %
Muestro mi edad real 5,2 % 3,75 %
Muestro una edad falsa 10 % 7,8 %
Muestro mi identidad (nombre y apellidos) 17,5 % 11,7 %
Muestro el centro educativo donde estudio 3,75 % 6,5 %
Muestro mi teléfono personal 3,75 % 1,25 %
Muestro datos falsos 11,25 % 11,7 %
Los chicos (12,9 %) han incorporado más
contactos que no conocían de antemano a sus
redes que las chicas (5,2 %). Asimismo, el 6,25 %
de los chicos ha buscado nuevos amigos en inter-
net, frente al 3,75 % de las chicas. Sin embargo, el
5,2 % de las chicas ha intentado ser una persona
que realmente no es, frente al 2,5 % de los chicos.
Finalmente, el 63,1 % de estudiantes seña-
ló que percibe que tiene el control de las redes
sociales, concretamente, el 63,65 % de las muje-
res y el 62,5 %. Por el contrario, menos de una
cuarta parte (19,7 %) consideró que no.
4. Conclusiones
De la investigación realizada se concluye fun-
damentalmente que el alumnado que ha parti-
cipado en el estudio hace un uso razonable del
smartphone, internet y redes sociales. No obs-
tante, se advierte que algunos estudiantes hacen
un uso abusivo de la tecnología digital, tanto por
el tipo de publicaciones que realiza, como por la
frecuencia con que lo hacen.
De esta forma, se observa que cuatro de
cada diez estudiantes entran a diario en internet
y que tanto los chicos como las chicas, en gene-
ral, lo hacen con la misma asiduidad. Asimismo,
se constata que siete de cada diez estudiantes se
conectan entre treinta y sesenta minutos al día,
por lo que no superan a los adultos en el hábito
de conectarse a la red y se encuentran dentro del
rango de uso que hacen los jóvenes y que señalan
otros estudios (Spain IAB, 2020; Ministerio del
Interior español, 2014).
No obstante, sí se han encontrado eviden-
cias de que algunos escolares pasan demasiadas
horas o hacen un uso abusivo de internet lo que
concuerda con lo que señala Blanco et al. (2022).
Concretamente, uno de cada diez estudiantes
encuestados permanece en la red entre dos y tres
horas diarias y el mismo número de escolares
no tiene desconoce el tiempo que se encuentra
conectado. Por esta razón, sería conveniente
realizar estudios prospectivos o de seguimiento
al alumnado a edades tempranas para identificar
nominalmente a los estudiantes que destacan
haciendo un uso intensivo de internet. Esto per-
mitiría prevenir futuras dependencias y adiccio-
nes a tecnológicas y digitales (Soto et al., 2018).
Respecto a las acciones que realizan los
estudiantes en internet, se constata que la mayo-
ría se desempeña dentro de los límites que
señalan los trabajos sobre seguridad en la red.
Concretamente, ocho de cada diez estudian-
tes se conectan para ver videos y realiza tareas
escolares y estos datos coinciden con lo que
señalan Rivero (2019) y con el estudio de Spain
IAB (2020), siendo las chicas las que en ambos
casos superan a los chicos (Holtz y Appel, 2011;
Fernández-Montalvo et al., 2015). Por lo tanto, se
concluye, por una parte, que el alumnado utiliza
internet para desempeñarse académicamente y
para ello se valen del ordenador personal, ya que
el uso del smartphone no logra normalizarse
Dra. Arantzazu López de la Serna, Dra. Rubicelia Valencia Ortiz, Dra. Rosabel Roig Vila, Dr. Jaime Padilla-Verdugo
© 2023, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador.
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para el uso escolar (Romero Rodríguez et al.,
2021). Por otra parte, también se concluye que
los estudiantes utilizan la red para entretenerse
y consumir ocio, ya que la creación de contenido
digital audiovisual no se produce y evidencia, tal
y como ocurre en estudiantes de mayor edad.
Del estudio se extrae que las chicas tien-
den a comunicarse más que los chicos a través
de la mensajería instantánea, así como por email.
Sin embargo, los chicos utilizan más que las chi-
cas los recursos comunicativos que están insertos
en las redes sociales, lo mismo que señala el estu-
dio de Valencia-Ortiz et al. (2020) realizado con
adultos. Por todo ello, sería conveniente también
identificar a este alumnado que estaría fuera de
la convención social que corresponde a su edad.
En cuanto al uso de las redes sociales la
mayoría de estos estudiantes utiliza YouTube,
WhatsApp, TikTok e Instagram y al contrario de
lo que hacen las personas adultas no penetran
tanto en Facebook, tal y como recoge el estudio
Spain IAB (2022), las dos redes sociales más uti-
lizadas en España.
El alumnado de esta investigación realiza
numerosas acciones de sobreexposición en las
Redes Sociales, a pesar de que creen que saben
utilizarla. De esta forma, los chicos muestran
imágenes que reflejan su identidad en los perfiles
de las redes sociales y las chicas tienden a todo lo
contrario. Asimismo, los chicos se inclinan por
poner una edad distinta a la suya y las chicas lo
omiten directamente. En cualquiera de los casos,
no muestran el número de teléfono y su domi-
cilio, lo que concuerda con lo que ya señalaba el
informe del Ministerio de Interior en el trabajo
llevado a cabo en 2014.
Por otra parte, aunque la mayoría del
alumnado no se ha puesto en contacto con una
persona que no conoce de antemano, uno de
cada cien alumnos ha realizado esta acción y
se puede decir que esta actitud no es segura.
Además, los hombres han realizado más que las
mujeres este tipo de acciones (Spain IAB, 2020).
Es necesario educar al alumnado en el
uso seguro y responsable de la tecnología y en la
protección de su privacidad en línea. Esto puede
incluir enseñarles a configurar sus cuentas de
redes sociales de manera segura y a ser cuidado-
sos con la información personal que comparten.
También es importante recordarles que no deben
compartir imágenes o información personal que
pueda comprometer su seguridad o la de otros
(Castillejos et al., 2016).
Finalmente se concluye que el abuso de la
tecnología educativa puede generar una depen-
dencia que puede tener un impacto negativo en
la vida cotidiana de las personas y de estudiantes
que se encuentran inmersos en procesos madu-
rativos psicosociales.
Por lo tanto, es importante prestar aten-
ción a los hábitos de uso de las redes sociales y
tomar medidas para prevenir la adicción a las
mismas. Esto puede incluir establecer límites en
el tiempo dedicado a las redes sociales, buscar
actividades alternativas para ocupar el tiempo
libre y buscar apoyo profesional si es necesario.
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