
Dra. Amparo Jiménez-Vivas, Dr. Sergio Garay y Patricia Parraguez-Núñez
Alteridad, 2023, 18(2), 222-233 223
1. Introducción
El propósito de este estudio es tener una
aproximación frente a un conjunto de competen-
cias directivas, que han sido elaboradas en el marco
de la reflexión que lleva a cabo la Escuela Salesiana
en América, una red de instituciones que congrega
a más de 950 escuelas repartidas a lo largo de todo
el continente. Específicamente, este trabajo hace
referencia a un estudio realizado en la región Sur,
donde se agrupan cuatro países: Argentina, Chile,
Paraguay y Uruguay. Para ello, se busca responder a
dos preguntas: ¿Se desarrolla la gestión escolar en las
escuelas salesianas del Cono Sur con un fuerte sello
identitario? Estas competencias ¿son pertinentes y
podrían ser efectivas en el contexto de pandemia?
Ciertamente, el escenario que vivimos desde
hace más de un año y que no sabemos cómo ter-
minará o qué secuelas traerá para la humanidad, ha
desafiado de manera única nuestras formas y estilos
de vida y ha obligado a generar respuestas inmedia-
tas, pues lo que está en juego es nuestra superviven-
cia. Como nunca antes, el contexto escolar ha debido
asumir el reto de generar capacidades que tal vez
muy pocos estaban desarrollando o se encontraban
solo en forma incipiente, a fin de sostener la escuela
como institución y sobre todo mantener su esencial
labor educativa. Nuevos medios, nuevas capacida-
des (Carrasco y Jiménez-Cervantes, 2018), nuevas
formas de relación (Cejudo y López-Delgado, 2017)
y de comunicación (Bernal y Cárdenas, 2009), nue-
vas maneras de aprender, de transmitir y transferir
el conocimiento (Bozu y Canto, 2009) están aquí
con nosotros, golpeando nuestra realidad y obli-
gándonos a modificar nuestros habituales y a veces
anquilosados patrones de conducta. Modificar y
adaptar nuestras competencias es hoy más necesa-
rio que nunca, ya que, tal como lo señala el papa
Francisco (2015b), “nosotros no vivimos en una era
de cambios sino en un cambio de era”. Y por eso, se
requiere insistentemente la capacidad de aprender
o “learnability”, que es considerada en el mundo de
la pospandemia, una competencia indispensable del
siglo XXI (Karnal, 2021). La gestión educativa, junto
con el perfil docente tienen un rol esencial (Sanz et
al., 2016; Zabalza, 2009).
Una vez consagrada la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, el Derecho a la Educación
ocupó un lugar fundamental, lo que se tradujo en
acciones excepcionales respecto de la cobertura edu-
cativa y el acceso para miles y millones de niños y
jóvenes que, hasta esos momentos, habían sido pos-
tergados. Tal vez como una “segunda ola de progre-
so” este nuevo acontecimiento global nos está obli-
gando una vez más, a cambios radicales en la forma
de educar. Así lo anticipaba Reimers:
…no es sorprendente que la cuestión de qué debe
incluirse en una educación fundamental ha sido
y sigue siendo, en gran parte, el tema del debate.
Éste incluye cuestiones de cuánto hincapié debe
hacerse en la adquisición de aprendizaje en rela-
ción con el desarrollo social y personal. También
incluye cuestiones como el nivel en que se debe
dominar el conocimiento y se han de desarrollar
las habilidades. (Reimers y Chung, 2016, pp.13-14)
Por otra parte, ya era evidente que el nuevo
siglo trae consigo aceleradas transformaciones que
impactan la realidad de los centros educativos, tenien-
do estos que variar sus formas de gestión para adaptar-
se a los nuevos retos y nuevas competencias que exige
la sociedad actual (Venegas-Jiménez, 2011). Frente a
esto, la Escuela Salesiana en América debe emprender
el desafío de desarrollar las competencias de liderazgo
escolar de sus directores y directivos, asegurando los
elementos propios del carisma salesiano que la susten-
tan, así como la adecuada formación pedagógica para
responder de manera efectiva al compromiso de ofre-
cer una educación integral, pertinente y significativa
(Carta Identidad ESA, 2021).
El Instrumentum Laboris del Pacto Educativo
Global (2020), señala que vivimos tiempos preciosos
para potenciar y favorecer la unidad en la diversidad,
reconstruyendo el tejido del encuentro y buscando
cambiar la lógica habitual, en que diversidad y dife-
rencia se siguen considerando hostiles a la unidad. Si
se quiere hacer surgir un nuevo humanismo, impli-
cará “educar a un nuevo modo de pensar, que sepa
mantener juntas la unidad y la diversidad”, y este
puede ser el primer llamado que hoy presenta el papa
Francisco, para construir este pacto educativo global.
Así lo confirma también la Unesco, cuando señala
que “las decisiones que tomemos hoy conjuntamente
determinarán nuestro futuro común” (Unesco, 2022,
p. 10). Los líderes escolares tienen, en esta visión, un
papel relevante en impulsar y promover un nuevo esti-
lo de trabajar en coordinación con otros, para lograr
aprendizajes significativos y pertinentes en el contexto